Un restaurante de lujo en Punta del Este, Uruguay, que rebosa estilo, calidez y una propuesta gastronómica sin igual. Así es Narbona, el spot más trendy de la costa uruguaya.
En la tendenciosa ciudad de Punta del Este, en Uruguay, se esconde un espectacular restaurante de estilo colonial que enamora a cada una de sus visitas. Un lugar en el que parece detenerse el tiempo por la belleza y la vibrante energía -propia de la ciudad esteña- que envuelve cada uno de sus rincones. Una visita obligada para los amantes del vino y la gastronomía de primera. Así de maravillosa es la experiencia en Narbona.
Ubicado en la zona de chacras marítimas en La Barra, este restaurante de lujo recibe a celebridades y a la más icónica socialité internacional que busca conocer su cálida y vibrante propuesta. El restaurante tiene espacios diferentes, interiores y exteriores, que se usan tanto para eventos privados, como para grandes grupos o parejas que buscan disfrutar un momento especial.
Narbona tiene una producción propia de quesos, un dulce de leche inconfundible y una gran variedad de panificados, entre otras delicias que se pueden conseguir en su almacén de campo.
La carta es amplia en sabores, con opciones para todos los gustos y preferencias. Se pueden probar exquisitas pizzas, pastas y carnes de primera calidad y postres irresistibles, como su exquisito panqueque de dulce de leche con helado de crema.
Además de tener un restaurante espectacular, Narbona tiene una producción propia de quesos, un dulce de leche inconfundible y una gran variedad de panificados, entre otras delicias que se pueden conseguir en su almacén de campo. Aunque el mayor protagonismo, sin dudas, se lo llevan sus vinos.
No hay quien se resista a probar sus deliciosos vinos, provenientes de variedades como Tannat, Pinot Noir, Petit Verdot, Viognier y Syrah.
Toda su producción vinícola sucede entre Narbona Wine Lodge en la ciudad de Carmelo y su sede en Punta del Este. Su bodega original tiene una extensión de 50 hectáreas ubicadas en el casco de la estancia original de 1909, donde Juan de Narbona fundó una de las primeras bodegas del país. El proyecto creció a partir de aquella primera construcción. Y hoy, no hay quien se resista a probar sus deliciosos vinos, provenientes de variedades como Tannat, Pinot Noir, Petit Verdot, Viognier y Syrah.
Narbona es una visita obligada al poner los pies sobre la ciudad esteña. Un espacio que combina cocina de primera calidad y una bodega con botellas que enamorarán a cualquier amante del vino. Dos placeres que se unen para asegurar una experiencia altamente superior.